Los cascos de los caballos son estructuras complejas que soportan el peso del caballo entero. Mantenerlos sanos con una atención regular ayuda a prevenir cualquier problema y a mantenerlos en óptimas condiciones. Todos los caballos necesitan un cuidado regular de los cascos, pero no todos necesitan herraduras.
El viejo dicho "sin pie no hay caballo" sigue siendo válido hoy en día, sin embargo, el cuidado de los pies es una de las prácticas de manejo de caballos más descuidadas. La mayoría de las cojeras que afectan la utilidad de un caballo se pueden prevenir con un cuidado adecuado de los pies y un manejo razonable.
¿Los caballos deben ir descalzos o herrados? ¿ Con botas? ¿ Con herraduras pegadas? ¿Con qué frecuencia se deben mantener los cascos? ¿Cuál es el casco ideal?
Cada caballo es un individuo único que vive en un entorno específico y tiene su propio conjunto de rasgos genéticos. Además, cada persona que tiene un caballo tiene expectativas específicas de su caballo. En nuestra experiencia, no hay una respuesta correcta o incorrecta a las preguntas planteadas anteriormente.
Hay varios factores que afectan el cuidado de los cascos del caballo:
Genetica. Todos los caballos nacen con cascos influenciados por la genética, ya sea buena o mala. Segun su conformación, la forma natural y el ángulo de los pies y las extremidades de un caballo pueden hacer que algunas partes de los cascos se desgasten más rápido que otras.
Desarrollo del potro. En la naturaleza, un potro se pone en movimiento con la manada a las pocas horas de nacer. El potro no se queda parado en un pequeño establo con una gruesa capa de virutas. El ejercicio y el movimiento son esenciales para que los cascos y las patas se desarrollen de forma óptima.
Entorno. Los cascos de un caballo se adaptan al entorno. Los cascos de los caballos criados en pastos suaves y herbosos presentan un menor desgaste natural que los de los animales criados en terrenos duros y rocosos.
Clima. Hay cosas en las que no podemos influir, como el grado de humedad o sequedad del clima en el lugar donde vivimos. Por ejemplo, los cascos crecen más lentamente en los meses fríos de invierno.
Movimiento. Un mayor movimiento produce una mejor circulación y estimula el crecimiento de los cascos. Estar en forma y tener tono muscular, flexibilidad y buena postura corporal como resultado de un buen ejercicio puede tener influencias muy positivas en los cascos de los caballos y viceversa, los cascos sanos fomentan una mejor salud general, tono muscular, flexibilidad y postura corporal.
Dieta. Una dieta bien equilibrada desde el punto de vista nutricional (con todos los nutrientes, vitaminas y minerales esenciales) contribuye a que sus cascos estén mucho más sanos.
El uso excesivo de alimentos concentrados con alto contenido de azúcar, demasiadas galletas y otras golosinas (por ejemplo, manzanas y zanahorias) y la falta de comprensión sobre cómo la nutrición afecta la salud de un caballo han causado mucho sufrimiento en los caballos, incluida la muerte como resultado de laminitis.
Lesiones. Incluso en el entorno más seguro, los caballos parecen encontrar la manera de lesionarse. Y esas lesiones a veces pueden afectar la salud del caballo. Los cortes con alambre a través de la banda coronaria, por ejemplo, pueden causar daño permanente al casco.
Expectativas. Las frustraciones pueden surgir cuando nuestras expectativas no coinciden con la realidad. Por ejemplo, una persona puede querer que su caballo pase de usar herraduras a andar descalzo, pero el caballo podría no ser capaz de hacer esa transición cómodamente de la noche a la mañana.
Podologo o herrador. Al igual que cualquier profesional, el podologo debe estar capacitado y actualizado sobre las investigaciones y la información más recientes. Siempre debe haber una razón para lo que hace (o no hace) con los cascos del caballo. Si no puede explicarlo, es probable que no lo sepa.
Manejo. Entrenar a un caballo para que acepte que le manipulen los cascos es responsabilidad del dueño del caballo y es vital para la salud y el bienestar de sus cascos. Debemos asegurarnos de que nuestros caballos sean seguros y tranquilos de manejar, de modo que sus cascos puedan cuidarse fácilmente.
Participación. Los mejores resultados en el cuidado de los cascos de los caballos se obtienen cuando todos los involucrados trabajan en equipo. Como cuidadores del caballo, somos una parte vital de ese equipo.
El mantenimiento de los cascos es esencial; la capacidad física del caballo depende de ello. La mayoría de las prácticas de cuidado de los pies pueden ser realizadas por el propietario promedio de un caballo. Sin embargo, es importante saber cuándo buscar la ayuda de un profesional. El recorte de los cascos, las herraduras y la comprensión de la anatomía de los cascos son factores importantes para mantener un casco sano.
Es esencial comprender la estructura y la función de un casco de caballo. El casco del caballo es lo que llamamos una caja córnea. Situada en el extremo de las extremidades, el casco recubre y protege las estructuras internas del pie, como los huesos, el cartílago, los tendones y el tejido conectivo. Consta de varias partes diferenciadas, entre ellas:
La pared, debe ser densa, recta y libre de anillos (crestas) y grietas. Vista de lado, la pared en la punta debe ser una continuación de la pendiente de la cuartilla.
Está formada por fibras de queratina y sirve como estructura principal de soporte de peso, protege la estructura interna del pie y ayuda a mantener la humedad en el pie.
La suela, del pie es una sustancia córnea que protege las partes sensibles internas del pie y proporciona un soporte adicional. Debe ser firme, ligeramente cóncava y de textura uniforme. El caballo no tiene sensibilidad en la superficie exterior de la suela. Un caballo con pie plano tiende a sufrir más hematomas y lesiones en la suela. Además, los caballos que han sufrido laminitis y han desarrollado una suela caída sufren hematomas en la suela con mayor facilidad.
La ranilla, situada en el talón del pie, forma una "V" en el centro de la planta del pie, actúa como amortiguador. Es una almohadilla esponjosa y flexible y también es una superficie de apoyo. Es el órgano intermedio entre la almohadilla plantar y la fuente de presión del peso del caballo. La ranilla se diferencia de la planta del pie por dos líneas llamadas surcos.
El estado de la ranilla es, en general, un buen indicador de la salud del pie. Sin la flexibilidad, la expansión y el contacto con el suelo adecuados, la ranilla no puede cumplir su función de complementar la circulación de la sangre y la absorción de los impactos en todo el pie.
La corona, o banda coronaria es la fuente de crecimiento de la pared del casco. Se encuentra directamente encima de la pared y está protegida por una gruesa capa de piel y pelo denso.
Un casco sano crecerá aproximadamente 1 cm. por mes. Un cambio en la tasa de crecimiento del casco puede ser causado por un cambio en la cantidad de ejercicio, la alimentación, la aparición de una enfermedad y el estado general de salud y condición del animal. Una lesión en la banda coronaria puede provocar un crecimiento irregular de la pared del casco y puede convertirse en una pared del casco dañada de forma permanente.
Las patas traseras pueden crecer más rápido que las delanteras, y las patas sin herrar pueden crecer más rápido que las herradas. Las patas de las yeguas y los caballos castrados parecen crecer más rápido que las de los sementales.
Para poder brindar un cuidado adecuado de los pies, tambien es necesario comprender algunas de las partes internas importantes del pie y sus funciones:
El hueso del pie, proporciona la forma del pie y la rigidez necesaria para soportar el peso.
La almohadilla plantar, se expande y se contrae para absorber el impacto y bombea sangre desde el pie hacia el corazón.
El hueso navicular, sirve como punto de apoyo y superficie de apoyo para el tendón flexor profundo, que es responsable de la extensión del pie a medida que progresa en una zancada.
Las láminas sensibles, sirven como medio de fijación para la pared del casco y el hueso del pie y también como área principal de circulación sanguínea dentro del pie.
Si bien los huesos y los cascos se llevan toda la gloria, los tejidos blandos son los héroes anónimos del pie equino. Los ligamentos, los tendones y las láminas trabajan en conjunto para brindar soporte, flexibilidad y fuerza.
El tendón flexor digital profundo , por ejemplo, es el motor que impulsa la capacidad del caballo para flexionar el pie, un movimiento esencial para casi todo.
El pie del equino no solo está formado por huesos y tejidos blandos, sino también por una extensa red de vasos sanguíneos que lo nutren y sostienen. Este complejo sistema garantiza que cada parte del pie reciba el oxígeno y los nutrientes necesarios para funcionar correctamente.
¿Y qué sería de una estructura sofisticada sin un sistema de comunicación? La inervación nerviosa del pie equino le permite percibir el entorno , ajustar su agarre y protegerse de lesiones. Los nervios digitales, que recorren el casco, proporcionan la información necesaria para que un caballo se mueva con confianza en distintos terrenos. Esta intrincada red de nervios garantiza que un caballo pueda reaccionar ante una piedra o un trozo de hielo con la misma precisión.
Los cascos desempeñan un papel central en el movimiento del caballo. Con cada movimiento, con cada zancada y en conjunción con las estructuras internas del casco, ayudan activamente a impulsar al caballo, además de absorber los impactos y las presiones. Para actuar como amortiguadores, la elasticidad de los cascos es clave .
El casco debe ser lo suficientemente flexible y tener un nivel de humedad adecuado. No debe estar ni demasiado seco ni demasiado húmedo, ya que de lo contrario aparecerán diversos problemas que molestarán al caballo.
A pesar de su diseño robusto, cuando no se cuida adecuadamente, el pie equino puede ser propenso a una variedad de problemas, como fisuras, callos, infecciones de la ranilla, laminitis, enfermedad navicular y grietas en los cascos.
La laminitis, una afección dolorosa que afecta las láminas, puede provocar complicaciones graves si no se trata con prontitud. De manera similar, la enfermedad navicular afecta el hueso navicular y las estructuras asociadas, lo que provoca dolor crónico y cojera.
Para lograr la máxima salud, ademas de una nutrición adecuada y la suplementación apropiada, es imprescindible proporcionar un cuidado regular de los cascos. Esto incluye la limpieza ( eliminación de residuos de la parte inferior de los cascos) y la inspección de los cascos del caballo.
Pero también necesitaremos ayuda externa de un podologo o herrero, para mantener los cascos del caballo equilibrados y saludables. Una persona sin experiencia puede fácilmente recortar la pared del casco demasiado corta o quitar demasiada suela, lo que provocará dolor en el caballo. A largo plazo, es más barato pagar a un buen profesional que arriesgar el bienestar de su caballo.
Debido a que la tasa de crecimiento de los cascos de los caballos domésticos normalmente excede la tasa de desgaste, las paredes de los cascos deben recortarse físicamente para lograr la longitud y alineación adecuadas periódicamente, sin olvidar que cada caballo es un individuo y las situaciones son únicas.
Las buenas prácticas de manejo seran de gran ayuda para prevenir o minimizar los problemas en los cascos, sabiendo que las necesidades de cuidado de los cascos de un caballo varían a lo largo del año.
En invierno, por ejemplo, hay que vigilar si se forman bolas de hielo en el casco o la herradura, en primavera vigilar la dieta y adáptarla al pasto exuberante de primavera para evitar que el caballo desarrolle laminitis asociada al pasto. En verano, solemos hacer trabajar mas al caballo y quiza lo herramos o transportamos mas en van, por lo que debemos vigilar los factores estresantes del verano. Y en otoño, quiza preparar al caballo para dejarlo descalzo en invierno.
Desde la limpieza diaria con un cepillo y un limpiacascos hasta el recorte y/o el herrado regulares, el cuidado de los cascos debe ser una parte integral de la rutina del caballo. Recordemos que cada caballo es único y que factores como el manejo, el entorno y el clima, la alimentación, la morfologia y la salud pueden influir en la frecuencia y el tipo de cuidado.
En última instancia, un enfoque integral del cuidado de los cascos puede ayudar a mantener los cascos del caballo fuertes, saludables y listos para cualquier sendero que nos propongamos explorar a continuación.
Mantener los cascos en buenas condiciones además de contribuir a la salud y bienestar general del caballo, reduce el gasto que supone tratar a los animales cojos.
En conclusión, el pie del caballo es una maravilla de la ingeniería natural, que merece nuestro máximo respeto y cuidado. Al comprender su compleja anatomía y sus necesidades, podemos cuidar mejor a nuestros caballos, asegurando su salud, felicidad y longevidad.
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