CAVALLS WAKAN
Wakan, es entre varios grupos indígenas americanos como el pueblo Lakota, mas conocidos por Sioux, la palabra usada para expresar la incomprensibilidad del universo y su gran fuerza.
Es la unión entre hombres, caballos y el resto del universo. El todo indivisible formado por la naturaleza y los hombres, muchas veces tan difícil de entender en nuestro "civilizado" mundo actual.
Se suele traducir como "el Gran Espíritu" o "El Gran Misterio"
Continuando con esa tradición y sabiduría nuestra relación con los caballos, se basa siempre en el respeto y la confianza mutua.
Mi Historia.
A finales de los 90, rompí con todo, deje la ciudad y me fui al norte, a la montaña, a los Pirineos.
Me llamo Pere, nací y me crie en Barcelona, desde siempre me gustaba la naturaleza, las montañas, los animales en general y muy especialmente los caballos. Soñaba con vivir algún día con caballos, perros, gatos, gallinas y un montón de animales rodeado de verdes campos y montañas nevadas.
En la ciudad, tenía todo lo que se espera que hemos de tener; trabajo, casa, coche y una vida relativamente ordenada. Sin embargo, era tan pobre, que solo tenia dinero y en mi interior sentía un vacío. Todo eso no era lo que siempre había soñado, y el tiempo corría y la vida pasaba. Hasta que un día marche a los Pirineos y deje la ciudad.
Al principio fue duro, trabaje en muchas cosas distintas para vivir, pero siempre con la meta fija en mis sueños, los caballos me llamaban de alguna manera y cada vez más.
Los caballos que yo había conocido eran diferentes a los que veía por aquí la montaña. Siempre había visto a los caballos solos, encerrados en cuadras o en espacios reducidos con poca hierba a su disposición. Comían paja, con suerte heno y pienso varias veces al día. Aquí, en la montaña, los caballos tenían una mirada distinta. Vivian siempre en el exterior, libres en los prados y las montañas, comían hierba directamente del suelo y siempre en manada con otros caballos, libres, sanos y felices.
Conocí gente con caballos y me empapaba de todo, aprendiendo de ellos y de los caballos, ayudaba en el trabajo a cambio de poder estar con caballos y aprender. Conecté con los ciclos de la naturaleza, la época de cosechar y segar la hierba para tener heno, las cubriciones de las yeguas y desde luego, también aprendí el noble arte de palear estiércol.
Aquí en las montañas, llego mi primer caballo y mi vida cambio definitivamente para siempre. Cuando descubres que un caballo se siente atraído e interesado por ti, algo en ti cambia.
A mi primer caballo siempre le estaré agradecido por la bondad en sus ojos y la paciencia en su alma. Gracias por soportar mi comportamiento ignorante e infantil. Gracias por ser mi primer amor y el comienzo de mi carrera como loco por los caballos.
Continúe trabajando con caballos sin dejar de aprender, formarme, titularme y profesionalizarme cada vez más. Llego otro caballo y más tarde otro y poco a poco me hice con una pequeña manada. Con el tiempo muchos caballos han cruzado por mi vida, unos solo de paso, otros aún están y algunos se fueron para siempre.
Con mi primer semental, Rusty Iggins Rey, un American Quarter Horse, me inicié en la cría de razas americanas, Quarter Horse, Paint Horse y Appaloosas, siendo una de las primeras yeguadas de España en criar estas razas, a la vez que empecé a ofrecer los servicios de pupilaje y retiro de caballos en libertad.
Fue el origen de Cavalls Wakan y también de una gran responsabilidad con los caballos, garantizar su salud y bienestar y además algo que el dinero no compra, conocer sus emociones, sus sentimientos y ganarme con el tiempo su respeto y su confianza.
Un caballo solo quiere estar contigo si le gusta lo que ve dentro de ti. Por ello, entre en un proceso de evolución personal y profesional que junto con los caballos me llevo hasta aquí y ahora. Buscando siempre esa paz interior que los caballos nos muestran y que nos conecta con nosotros y con el mundo que nos rodea.
Y en esa evolución estoy, en Montcortès, un rincón privilegiado de los Pirineos de Lleida, rodeado de campos verdes con montañas nevadas, perros, gatos, gallinas, una manada de más de veinte caballos y una familia que me apoya en esta pasión que es la vida entre caballos.
Trabajo y aprendo con ellos, igual que ellos trabajan y aprenden conmigo, de manera que entre todos avanzamos juntos soñando siempre con las lluvias de primavera que nos traerán de nuevo abundantes pastos.