La boca del caballo tiene, evidentemente, una anatomía adaptada a una dieta herbívora y es el primer compartimento del sistema digestivo del caballo, donde se preparan los alimentos para su largo recorrido a través del tubo digestivo, de ahi la importancia de la boca del caballo.
Asegura cuatro funciones importantes: la prensión de los alimentos, la masticación, la insalivación y la deglución hacia el esofago.
Pero ademas la boca tambien es un importante medio de comunicación del caballo para transmitir señales al mundo exterior:
Los caballos suelen mostrar los dientes a otro caballo como amenaza, como si quisieran decir: "Cuidado que te muerdo".
Algunos caballos se muerden la lengua, lo que deja al descubierto sus dientes y puede ser una indicación de malestar.
Tambien puede mostrar los dientes para decir que tiene dolor. Por ejemplo, al tocar un punto sensible mientras lo cepillamos advirtiéndo de que morderá si seguimos tocando esa zona.
Otra señal con la boca, es la reacción Flehmen, que es una respuesta biológica al olor que ayuda a activar un órgano que permite a los caballos percibir las sustancias químicas en el aire.
Los potros y caballos jovenes a veces extienden la cabeza y el cuello, curvan los labios hacia atrás y "chasquean" suavemente los dientes para mostrar subordinación y evitar la agresión de otro miembro de la manada.
Lamer y masticar sin comida en la boca nos muestra liberación de tensión y reducción de la ansiedad.
Por último, en la boca es tambien donde colocamos la embocadura para comunicarnos con el caballo, ejerciendo presión directa sobre la boca, lo que tiene un efecto sobre las características internas de la boca, es decir, las barras, el paladar, la lengua o los labios y los tejidos que recubren las barras de la boca del caballo en la zona de las comisuras que son preciosos para cualquier jinete. Deben tratarse con el máximo respeto, ya que no hay una segunda oportunidad para crear sensibilidad una vez que esta zona ha sido dañada durante el entrenamiento.
Para lograr la comunicación suave y flexible, necesitamos que el caballo tenga una perfecta salud buco-dental para que acepte el bocado de forma relajada y segura, teniendo en cuenta que cada caballo tiene preferencias individuales, un carácter y temperamento propios que la embocadura combina con las habilidades del jinete, de forma que la cooperación sea armónica y con plena aceptación del contacto.
El caballo es un animal selectivo en su alimentación . Sus labios móviles y sensibles le permiten seleccionar con precisión su alimento y agarrarlo . Los labios están equipados, al igual que los ojos y las fosas nasales, con largos pelos táctiles o bigotes conocidos como vibrisas, que son esenciales para ayudar en la percepción y recopilación de información sobre su entorno. Privar al caballo de estos órganos sensoriales se considera un acto contrario a su bienestar.
Como deciamos al principio, el proceso digestivo comienza cuando el alimento entra en la boca. Los labios y los dientes del caballo están adaptados para pastar y ramonear. El labio superior es fuerte, móvil y sensible y se utiliza para colocar el forraje entre los dientes y los incisivos superiores e inferiores les permiten cortar la hierba o el follaje cerca del suelo.
La lengua empuja el alimento hacia las muelas y premolares, donde se mastica. Para que el organismo asimile correctamente los alimentos, estos deben triturarse adecuadamente antes de entrar en el tracto digestivo. Por este motivo, el caballo posee dos poderosas mandíbulas adaptadas a su dieta. La mandíbula inferior móvil realiza movimientos circulares contra la mandíbula superior fija para una trituración eficiente de los alimentos.
Al masticar el alimento en la boca, se produce saliva para ayudar a la descomposición, la deglución y la amortiguación de los ácidos del estómago.
A diferencia de muchos otros animales, los caballos solo producen saliva durante la masticación .
La saliva de los caballos contiene latherina , una proteína que ayuda a la termorregulación y puede contribuir a la digestión de las fibras gruesas. La latherina provoca la producción de una sustancia similar a la espuma que se forma durante la masticación y que generalmente se considera un signo de buena salud en los caballos, aunque algunos pueden hacerlo por otras razones, como problemas dentales o estrés, que pueden requerir atención.
El caballo es un herbívoro monogástrico, que a diferencia de los rumiantes (vacas,cabras...), no puede masticar su alimento una segunda vez, por lo que necesitan más tiempo para masticar. Los rumiantes no mastican mucho y tragan primero la hierba o el heno, que es fermentado por bacterias en el rumen y descompone la fibra. Este proceso facilita la trituración de los alimentos en partículas más pequeñas durante la segunda “masticación”.
En su hábitat natural, un caballo pasa 15 horas al día pastando, preferiblemente hierba joven corta, que es más rica, y masticando cada bocado con detenimiento. Muy adaptada a este tipo de dieta, la dentadura del caballo está compuesta por incisivos afilados para cortar la hierba y (pre)molares bien desarrollados para triturar la comida en partículas más pequeñas.
El caballo tiene una necesidad psicológica y fisiológica de masticar, lo que le ayuda a mantener su bienestar físico y mental. Un caballo mastica unas 30.000 veces al día, por lo que es fundamental que pueda hacerlo sin sentir dolor. También podemos alimentarlo desde el suelo, que es una posición natural que favorece la función biomecánica normal y el drenaje de los senos nasales.
Por lo tanto, se necesitan dientes sanos para promover una masticación eficiente, asegurando la reducción de partículas de fibra que luego pueden descomponerse mejor por las enzimas digestivas y las bacterias.
Los equinos son braquidontes (primeros premolares, los dientes de lobo, y los caninos) e hipsodontes (incisivos y molares), significa que los caballos tienen dientes de formas diferentes para diferentes trabajos y que tienen dos juegos de dientes a lo largo de su vida: los dientes de leche y los dientes permanentes adultos.
En la edad adulta, alrededor de los 6 años, un caballo tendrá entre 36 y 44 dientes, incluidos doce incisivos y una mezcla de molares y premolares; algunos caballos, pero no todos, también tienen caninos y dientes de lobo.
Los incisivos y molares tienen un cuerpo grande que continúa creciendo en la boca del caballo a medida que se desgasta por el material de alimentación fibroso. La mayor parte del diente está debajo de la línea de la encía en los caballos más jóvenes y continúa desarrollándose a medida que ingresa a la boca. La raíz de los dientes jóvenes se extiende hacia los senos maxilares y las mandíbulas creando "protuberancias dentales" en los caballos de 2 a 5 años.
Los patrones de desgaste causados por años de pastoreo casi constante, así como la erupción de los dientes, pueden usarse como una guía aproximada para determinar la edad de un caballo.
El cuidado dental de rutina es esencial para la salud del caballo. Las molestias en la boca pueden provocar perdida de peso, disminución del rendimiento y un mal comportamiento.
Por eso la odontología es una parte importante del cuidado de la salud general del caballo. Se recomienda un examen bucal anual para ayudar a controlar el desgaste normal e identificar posibles problemas.
Todos los dientes están formados por esmalte, dentina y cemento, pero los de tipo hipsodonte (incisivos y molares) tienen varias capas de estos materiales resistentes para una alta resistencia a la tracción para una superficie de molienda resistente. El esmalte es el material más duro del cuerpo, pero es frágil. Por lo tanto, está sostenido por las capas de dentina y cemento circundantes. A medida que el diente se lija a través de la masticación, la dentina y el cemento más blandos se pierden primero, dejando atrás el esmalte afilado.
Estas puntas afiladas del esmalte rozan las mejillas y la lengua del caballo mientras come. Una limadura de rutina elimina estas incómodas puntas de la parte exterior de las muelas superiores y la parte interior de las muelas inferiores. Los callos y las abrasiones (úlceras) creadas por las puntas afiladas se curan rápidamente una vez que se alisan los dientes.
Además de requerir cuidados de rutina, pueden surgir otros problemas por el desarrollo, la erupción (crecimiento) y el desgaste inadecuados de los dientes. El desarrollo y la erupción inadecuados pueden provocar una mala alineación y disminuir la longevidad del diente.
Resumiendo, algunos problemas dentales comunes son:
Puntas de esmalte afiladas y ganchos en los dientes de las mejillas, que provocan ulceraciones y laceraciones en las mejillas y la lengua.
Dientes excesivamente desgastados o anormalmente largos
Coronas retenidas (dientes de leche que no se caen)
Dientes fracturados, o desplazados
Dientes cariados o infectados
Desalineación/mala posición
Enfermedad periodontal (de las encías)
Debemos pues estar atentos a algunos signos comunes de enfermedad dental, como mal aliento, babeo excesivo,dejar caer comida parcialmente masticada, disminución del apetito, dificultad para comer, comer lentamente, alimentos mal digeridos en el estiércol, pérdida de peso, problemas de comportamiento al montar o secreción nasal de un solo lado.
El hecho de que un caballo no presente signos evidentes de enfermedad dental no significa que todo esté bien. De hecho, solo alrededor del 25 % de los caballos con enfermedad dental mostrarán signos visibles de enfermedad dental. Esto se debe a que los caballos, como la mayoría de los animales, simplemente se adaptan a su malestar hasta que la enfermedad se convierte en una fuente grave de dolor.
La enfermedad dental también puede afectar la salud general del caballo y provocar dolencias potencialmente fatales, como cólicos y atragantamientos.
Un examen dental completo, que incluya la visualización de los premolares y molares, requiere sedación, un espéculo (abrebocas) y una buena iluminación. La sedación ayuda a mantener al caballo cómodo y seguro mientras se examina su boca. Es una sedación de pie, lo que significa que el caballo permanecerá de pie durante el procedimiento.
Una vez sedado, se coloca un espéculo de metal en la boca para mantenerla abierta. Después del examen, se utiliza un instrumento dental motorizado (como una lima) con hojas de carburo para reducir las puntas afiladas, los ganchos, las ondas, etc.
Este procedimiento no es doloroso si se realiza correctamente y suele tardar entre 20 y 30 minutos, según la cantidad de trabajo necesario, y normalmente se necesitan otros 20 a 30 minutos para que desaparezca la sedación del caballo. La mayoría de los caballos pueden volver a su rutina habitual al día siguiente.
La boca de un caballo cambia constantemente a lo largo de su vida y cumple una función importante para su salud general y su felicidad. Teniendo esto en cuenta, deberiamos asegúrar la salud buco-dental del caballo e incorporar el cuidado odontologico con visitas profesionales de rutina.
Es esencial para mantener cómodo al caballo y ayudar a prevenir la aparición de problemas dentales, y asi también utilizará el alimento de manera más eficiente, obteniendo un mejor rendimiento e incluso que viva más tiempo y con mayor calidad de vida.
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