Dar sal a los caballos.
- 22 mar
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 27 mar

La sal es uno de los fundamentos de la vida misma. Para la salud y el bienestar del caballo, es fundamental proporcionar una nutrición adecuada y la sal, en las cantidades adecuadas, es esencial para la salud del caballo, y contribuye a su bienestar y rendimiento general.

La sal es cloruro de sodio (NaCl) un compuesto iónico formado por un catión (ion con carga eléctrica positiva) de sodio (Na+) y un anión (ion con carga negativa) de cloruro (Cl-).
El sodio y el cloruro que componen la sal son macrominerales (como el calcio, fosforo, magnesio, etc.) es decir, minerales que se necesitan en grandes cantidades en comparación con los oligoelementos (hierro, yodo, selenio, cobre, etc.)
Sodio y cloruro son pues dos de los principales electrolitos (minerales disueltos en la sangre y los fluidos corporales que poseen una carga eléctrica). Los otros electrolitos principales son el potasio, el calcio y el magnesio. Entre ellos, estos electrolitos, en última instancia, controlan todo en el cuerpo.
Los caballos, al igual que los humanos, requieren un delicado equilibrio de electrolitos para mantener su salud.
Electrolitos como el sodio y el potasio desempeñan un papel crucial en la regulación de las funciones corporales, como los impulsos nerviosos, las contracciones musculares y el equilibrio de líquidos en el cuerpo.
Dar sal a los caballos ayuda a garantizar que reciban un suministro adecuado de estos electrolitos esenciales.
Los caballos que pastan en pastos verdes, en crecimiento, sobrepastoreados o sometidos a estrés pueden ingerir una cantidad de potasio y nitrógeno mucho mayor de la que necesitan al día.

A medida que los pastos aumentan sus niveles de potasio y nitrógeno, no aumentan en consecuencia sus niveles de sodio, por eso debemos proporcionarles sal.
Si en su dieta los caballos comen mas heno y menos hierba verde o alfalfa, menor será la ingesta de potasio y, por tanto, menos necesidad tendrá de sal.
En condiciones donde las plantas presentan niveles altos de nitratos (heladas, lluvias que rompen la sequía, brotes verdes o fertilizantes), es fundamental contar con suficiente sodio para excretar el exceso de nitratos en forma de nitrato de sodio.

Un caballo pierde unos 20 g de sal al día a través de la orina y el estiércol, incluso estando en reposo en un prado.
Pierde aún más si suda en un día caluroso o durante el trabajo, pero en cambio si consume 10 kg de pasto solo obtendrá aproximadamente menos de un gramo de sal.
Como las plantas tienen poca o ninguna necesidad de sal, y esta es vital para la vida, los caballos como todos los mamíferos tienen un instinto innato para buscarla. Si no hay suficiente en su dieta, lamen y mastican todo lo que ven. Esta es la razón por la que los caballos mastican cosas, especialmente madera, y también por la que nos lamen las manos.

La falta de sodio impide que el caballo sienta sed y no beba suficiente agua. Si el caballo suda, esto puede provocar deshidratación.
Cuando los niveles de sodio aumentan, se activa la sed, por lo que el cuerpo absorbe inmediatamente más agua.
Una hidratación adecuada es esencial para prevenir problemas como cólicos por impactación por falta de liquido.
Los riñones del caballo son muy eficientes para mantener un nivel constante de sodio en el cuerpo ajustando la cantidad de agua y/o sodio excretado en la orina.
El sodio debe alcanzar una cierta concentración en los fluidos corporales. El equilibrio entre la cantidad que el caballo bebe y la cantidad que orina es la forma en que el cuerpo mantiene las concentraciones correctas de sodio.

De no lograrse esto, se desencadena una serie de disfunciones metabólicas que provocan que el caballo se vea afectado por la hierba. Si no hay suficiente sodio, los nutrientes no pueden atravesar las membranas celulares y, por lo tanto, las células no los obtienen, independientemente de la cantidad de alimento. Si el caballo no ingiere una dosis adecuada de sal perderá peso rápidamente.
El sodio, junto con el potasio, es responsable de la transmisión de los impulsos nerviosos y también es fundamental en la función muscular, la regulación del volumen sanguíneo, la presión arterial, la integridad ósea y muchas otras funciones.
Mientras que el sodio es el catión principal (con carga positiva), el cloruro es el anión principal (con carga negativa) y es necesario, entre otras cosas, para mantener un pH corporal adecuado y para la producción de ácido clorhídrico (HCl) en el estómago, imprescindible para la correcta digestión del caballo.

Si bien un caballo se puede adaptar bien a la ingesta reducida de sodio, por sus mecanismos reguladores, los caballos que no consumen un nivel adecuado de sal pueden tener problemas de deshidratación y otros síntomas como pérdida de apetito y de peso, debilidad muscular, disminución en la producción de leche, estreñimiento y contracciones musculares descoordinadas entre otros.
Además, tienen más posibilidades de sufrir estrés por calor y desequilibrios electrolíticos.
Así que es vital que los caballos tengan un suministro suficiente de sal (como fuente de sodio y cloruro) y acceso a agua limpia y fresca, ya que añadir sal a su dieta les hará querer beber más.
Podemos proporcionar sal a un caballo en forma de bloque que se puede colgar en el campo para que los caballos puedan acceder a el cuando quieran.
Aunque los caballos tienen la lengua suave y no pueden extraer mucha sal lamiendo un bloque. En general los bloques de sal están hechos para las vacas, su lengua tiene superficies ásperas y pueden lamer cualquier cosa.

Otra forma de proporcionar sal a los caballos es con rocas de sal mineral, enteras o machacadas, mas natural que los bloques de sal manufacturados. Los caballos son animales inteligentes, por lo que tenderán a lamerlas y mordisquearlas solo cuando lo necesiten.
Sin embargo, proporcionar acceso libre a la sal puede provocar que algunos caballos consuman más sal de la que necesitan, pero esto no supone un problema si se proporciona abundante agua fresca y limpia, ya que el exceso de sodio se excreta principalmente en la orina.
Si el caballo come grano o pienso, se puede añadir sal en gránulos a su ración. Esta es una buena manera de controlar la cantidad exacta de sal que recibe el caballo. La dosis recomendada es de unos 30 g al día.
Incorporar sal a la dieta de los caballos es una forma sencilla pero eficaz de promover su salud y bienestar general . Desde mantener el equilibrio electrolítico hasta favorecer la hidratación y prevenir desequilibrios minerales, la sal ofrece numerosos beneficios.
Comments