A principio de verano, hay que cosechar la hierba para almacenarla y tener comida para los caballos en invierno: el heno.
El heno es tan antiguo como la domesticación de los caballos. Fue la primera forma de conservación de la hierba que desarrollaron los antiguos cuidadores de caballos.
El caballo evolucionó con el tiempo para ser un animal de pastoreo eficiente que se adaptó bien a la alimentación con heno y otros forrajes.

El heno, hierbas y leguminosas que se pueden secar para alimentar a los caballos, es fácil de cultivar como parte de una rotación de cultivos o en un prado permanente, y crece naturalmente en muchas áreas. Sin embargo, un mejor conocimiento de los mejores tipos de heno y lo que se necesita para un cultivo saludable aumentará el rendimiento y la nutrición del campo.
El clima local, los niveles de humedad y la condición del suelo afectarán la calidad del heno. El heno de prado, de festuca, de alfalfa y trébol son los tipos de heno mas populares para los caballos, junto con el de avena. El trigo y la cebada también pueden ser útiles para los cultivos de heno.
El mejor heno dependerá no solo de las condiciones de crecimiento y recolección, sino también del caballo que eventualmente comerá el heno y cuáles pueden ser sus preferencias de alimentación.
El heno de maduración temprana sera perfecto para caballos en crecimiento y yeguas lactantes, pero puede no ser la mejor opción para caballos con bajos requerimientos de nutrientes. Los henos de maduración media o tardÃa son mejores para caballos con bajos requerimientos de nutrientes, porque los caballos pueden comer más para satisfacer sus apetitos sin comer en exceso y engordar.

Henificar es el proceso de conservación de la hierba de los prados una vez segada, secada al sol y empacada. Asà puede ser conservada durante largo tiempo y el heno ofrecido a los caballos en invierno.
La henificación es la forma más usada para la conservación de los forrajes verdes para los caballos. Se trata de cortar la hierba de los prados o campos en el punto en que esta alcanza su máximo punto de calidad. Debe estar en un punto óptimo de madurez, cuanto más madura es la hierba menos valor nutritivo tiene y es menos digestible para los caballos.
Lo óptimo es cortar la hierba cuando casi todo el prado esta en flor y antes de que estas formen semillas y las suelten. Asà aseguramos un buen nivel nutricional y bajo en lignina, que es la que nos marca la calidad y digestibilidad. Si la hierba está demasiado madura y por tanto aumenta su nivel de lignina, aumenta el riesgo de trastornos alimentarios y se reduce la absorción de nutrientes por el intestino de los caballos.
El mejor dÃa para la cosecha será un dÃa caluroso y seco con poca humedad, de modo que el heno cortado pueda secarse rápida y uniformemente. Según la condición del suelo, el tipo de heno y cuándo se siembra y cosecha, es posible obtener dos o incluso tres cortes de heno en un año.

La hierba cortada se deja secar al sol en el suelo para que pierda la mayor parte de la humedad sin que esta se deteriore. Una vez que se corta el heno, se debe esparcir uniformemente para que se seque bien. Dependiendo de las condiciones climáticas y el peso del heno, rastrillar o voltear el heno también puede ayudar a que se seque de manera uniforme.
Al cabo de varios dÃas se acordona, esto es voltearla, de manera que se acabe de secar por completo y este listo para empacar. Si llueve mientras se está secando se pierden hojas de la hierba y hasta un 25% del valor nutricional del heno.

Cuando el heno se ha secado y acordonado, ha llegado el momento de embalarlo para poderlo almacenar. Si la cosecha es pequeña, puede que no sea necesario empacar el heno en absoluto; se puede almacenar suelto en montones o en un granero. Sin embargo, el empacado hace que el heno sea más compacto para facilitar su transporte o almacenamiento.
Si empacamos demasiado pronto la humedad que queda en la hierba hace que se forme moho y hongos en el heno perdiendo en calidad y corriendo el riesgo de dejar pacas inservibles al cabo de un tiempo por la fermentación que produce esta humedad en el interior de la paca.
Un buen heno tiene que ser verde, con algo de hoja, no quemado por el sol, oler bien y no ha de tener polvo ni moho. ¡El heno debe oler a verano! Un olor a heno fuerte y agradable es una buena señal. Lleva años de práctica conseguir segar la hierba en su punto óptimo de maduración y sabiendo valorar el tiempo para que se seque correctamente y podamos empacar antes de que llueva.

Después de embalar, es importante almacenar el heno correctamente o todo el trabajo se desperdiciará. Almacenamos las pacas apiladas con algo de espacio entre ellas para permitir la circulación del aire y la disipación del calor, y sobre una tarima para que el aire también pueda circular por debajo de las pacas. Los fardos deben protegerse de la lluvia y la nieve, ya sea en un cobertizo o bajo un techo resistente o una lona. Una buena cerca alrededor de las pacas también puede evitar que el ganado o la vida silvestre se acerquen a comer sin invitación.
El heno de calidad de los prados, es la base de la alimentación de nuestros caballos junto con la hierba directa de los prados. El sistema intestinal del caballo, que es el que absorbe los nutrientes, está hecho para que este vaya comiendo poco a poco durante muchas horas al dÃa un forraje no demasiado rico en nutrientes. De esta forma su sistema digestivo va trabajando siempre de manera suave y evitamos problemas fÃsicos como los cólicos y psicológicos, como muchos de los vicios de cuadra (comer madera, tragar aire, etc.) ya que el caballo tiene la sensación de saciedad.

Algunos caballos están barrigudos y con el abdomen que parece hinchado. Es debido a que tienen una dieta alta en hierba, ya sea fresca o en heno, y por tanto alta en fibra. Esto no perjudica a los caballos en absoluto, y se debe a que al tener esta dieta alta en fibra su intestino se llena de agua para fermentar esta fibra.
En Cavalls Wakan el heno empacado se lo damos a comer del suelo, que es como deben comer los caballos, pues asà están diseñados por la naturaleza.
Además, suelen comer el heno en el mismo prado de donde ha sido cortado, de manera que con el tiempo ya están adaptados a la flora bacteriana del lugar y están mejor preparados frente a los posibles parásitos intestinales del prado. Y asà también ahorramos los costes económicos y ambientales del transporte.
El heno es esencial para cualquiera que cuide caballos y la henificación puede ser un desafÃo, sin embargo, hay varias otras razones para cosechar nuestro propio heno:
Ahorro en costos de alimentación y cultivar heno de la mayor calidad.
Controlar exactamente cómo se cultiva y procesa el heno.
Rotar cultivos con éxito y permitir que el suelo se recupere y regenere con cultivos de heno entre otras temporadas de cultivos.
Controlar el crecimiento excesivo del campo o la invasión de malezas, bosques u otras plantas no deseadas en campos y pastos utilizables.
Evitar la entrada de heno externo, que podria contener semillas de plantas invasoras no deseables (amapolas, estramonio...)
Intentar cerrar el circulo de producción-consumo con la autosuficiencia alimenticia de nuestros caballos y saber exactamente lo que están consumiendo.

El heno de los prados contiene una mezcla de especies de pastos y hierbas nativas como dientes de león, margaritas o esparceta silvestre. Al ser ser una mezcla de diferentes especies de pastos, incluso con algo de alfalfa y trebol, ofrece una buena diversidad de fibra y nutrientes para la dieta del caballo, ademas de ser más bajo en proteÃnas y carbohidratos en comparación con los henos de cereal.
El heno de prado es el mas digestible y los caballos pueden vivir sanos alimentandose exclusivamente de este.
Si se quiere enriquezer su dieta, por ser un caballo que necesita mas energia, por trabajo, lactancia, etc, se puede añadir

heno de alfalfa, al heno de prado para elevar su nivel proteico y energetico.
La alfalfa es un alimento básico en muchas dietas para caballos y puede ser una excelente fuente de energÃa, proteÃnas y minerales para caballos que tienen requerimientos nutricionales más elevados.
Los caballos adultos que realizan ejercicio ligero pueden no necesitar la mayor densidad de nutrientes de la alfalfa, pero este forraje se puede incorporar a la mayorÃa de los planes de alimentación en cantidades pequeñas a moderadas, siempre que la dieta esté adecuadamente equilibrada y nunca sea la base alimenticia del caballo por su alto contenido proteico y de almidón.

El heno de avena, u otro cereal, se puede dar también como forraje principal a los caballos, igual que el heno de prado, aunque hay que tener en cuenta que el de avena, al contener las semillas del cereal, siempre tendra un valor nutricional mas elevado.
Es ideal para caballos en crecimiento y con bajo peso, caballos con sensibilidad a los carbohidratos, caballos con úlceras gástricas, caballos de rendimiento, yeguas en etapa final de gestación y lactancia, sementales reproductores y caballos mayores.
Siempre hay que vigilar que el heno de cereal se haya segado correctamente en su tiempo, ya que si se ha cortado tarde habra perdido las semillas y sera solo paja.

Paja frente al heno: El heno es el nombre que se le da a un cultivo que se corta para henificar cuando el grano o la semilla aún están madurando en la planta.
La paja es el subproducto, principalmente tallos y hojas, que queda después de que el cereal ha madurado y se ha cosechado el grano.
La paja apenas aporta valor nutricional y un menor contenido energético que el heno y su alto contenido en lignina la hace bastante indigesta. En la dieta de un caballo aporta volumen pero apenas nutrientes, por lo que nunca debe ser la base de su alimentación.
Se puede utilizar en dietas para ayudar a perder peso o simplemente para mantener un peso saludable, mezclandola con heno de pasto y creando una ración con igual volumen, para una ingesta adecuada de forraje, pero con menor densidad energética. Sin embargo la incorporación de paja a cualquier dieta puede ser problemática para algunos caballos debido al riesgo de cólicos y úlceras gastricas.
El uso mas habitual de la paja es de cama en boxes y cuadras y no en alimentación, por lo que suelen tener una baja calidad higiénica, es decir, contiene hongos y bacterias que están asociados con problemas de salud. Si la usamos para añadir al forraje, debemos asegurarnos de que sea paja de buena calidad.
El heno desempeña un papel fundamental en la dieta de un caballo, ya que afecta a todos los aspectos de su salud y bienestar. Desde ayudar a la digestión y prevenir trastornos comunes hasta satisfacer su necesidad instintiva de alimentarse, el heno es indispensable.
Los distintos tipos de heno, de prado, de leguminosas o de cereal, ofrecen distintos niveles de calorÃas y proteÃnas, por lo que es importante seleccionar el tipo adecuado para satisfacer las necesidades especÃficas de un caballo en función de su edad, estado de salud y nivel de actividad.
No se trata solo de mantenerlos alimentados, se trata de garantizar que lleven una vida sana y feliz.

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